La educación es la única arma para combatir las injusticias, las desigualdades y la discriminación

sábado, 30 de enero de 2021

25º ANIVERSARIO C.P.VALME CORONADA

 





Este artículo se publicó en el año 1997 en una revista para conmemorar el 25 aniversario de la fundación del colegio Valme Coronada en Dos Hermanas ( Sevilla). El que era entonces director del centro y gran amigo, Pedro Romero, me escribió para darme la gran noticia que contaba con mi colaboración. Siempre le agradeceré que me diera la oportunidad de expresar públicamente, lo importante que fue para mí, ese " Mi primer destino." 


MI PRIMER DESTINO

A pesar de los años transcurridos, a pesar del alumnado que he tenido, y a pesar de los amigos que he dejado; jamás podré olvidar mis años de docencia en el colegio Valme Coronada en Dos Hermanas. Esos años han dejado en mi vida profesional y personal una huella tan profunda e imborrable que me hicieron sentir la verdadera pasión por la profesión que aún mantengo. Descubrí, a partir de aquí, que ésta es mi gran vocación.

   Siempre recordaré con verdadera añoranza mi llegada a Dos Hermanas. Era el mes de julio, acababa de aprobar las oposiciones y me habían dado mi primer destino . Hacía 40 grados a la sombra y el aire olía intensamente a aceite, olor que me sigue transportando, sin quererlo, a esa época pasada. Tenía 21 años y estaba llena de ilusiones, de proyectos y de ansias de conocer, de vivir y de aprender. Desde el mismo momento en que Paco Reina (Don Francisco) me recibió en su casa con los brazos abiertos, no como director del centro, sino como un amigo, supe que comenzaba una nueva etapa en mi vida.


                        (jubilación de Paco Reina, director del centro)

  La calurosa acogida de Paco Reina fue el precedente de las afectuosas acogidas que vinieron después. El pueblo me envolvió en una grandiosa hospitalidad y el colegio me abrió de par en par sus puertas para ofrecerme lo mejor de él: la dulzura y el cariño incomparable del alumnado, la entrañable bienvenida de padres y madres y la sincera amistad del profesorado. Amistad que, con el paso del tiempo, aún perdura y permanece en mi mente como recuerdo de los ocho años que pasé en ese centro.

Este colegio ha supuesto para mí, la ilusión, la amistad, la diversión, el cariño, y sobre todo,  la realización plena como profesional de la enseñanza. Jamás olvidaré las vivencias que tuve como maestra en aquel lugar, ni el calor que recibí de su gente.

En estos momentos en que el colegio cumple sus veinticinco años, tengo la oportunidad de agradecer a través de estas líneas a todos los que de alguna manera contribuyeron a hacer tan satisfactoria mi estancia allí. GRACIAS a las familias que tanto colaboraron conmigo. GRACIAS al alumnado que tanto me enriquecieron con sus inquietudes. GRACIAS a mis compañeros y compañeras que tanto me ofrecieron y GRACIAS a ti Luis, conserje de este colegio que siempre me recibía con una permanente sonrisa.

 GRACIAS DOS HERMANAS, GRACIAS VALME CORONADA.

(Abril 1997)

  

Alumnado de 5ºde EGB de Valme Coronada-1978



viernes, 15 de enero de 2021

NO ELEGÍ SER MAESTRA.

 

COMPARTIENDO MEMORIAS.

Yo formé parte de la segunda promoción que accedió a Magisterio con COU. Durante todo el año que duró el curso, mis planes de futuro eran estudiar enfermería o hacer Bellas Artes. Nunca pensé que la realidad estaría bastante alejada de mis proyectos. Cuando llegó el mes de junio y le propuse a mi padre mis intenciones de estudiar fuera de Ceuta, este me dijo que la situación económica de la familia solo daba para estudiar Magisterio en mi propia ciudad. Así que, mis proyectos se esfumaron y  aterricé  en la Escuela Normal de Magisterio en el curso 73-74.

Mis amigas y yo hicimos todo el bachillerato en el único instituto público que había entonces, y que separaba a los chicos de las chicas por un pasillo que dividía el centro en dos partes, el instituto femenino y el instituto masculino, con una puerta de unión entre ambos centros. Solo se nos permitía ver a los chicos a la entrada, en el recreo por las ventanas, y a la salida del instituto. Muchas veces, esperábamos impacientes la clase de Educación Física para observar a través del cristal de la ventana, cómo los chicos hacían su actividad deportiva y buscar así, entre todos ellos, aquel que más nos gustaba.

Al entrar en Magisterio vimos que, por primera vez, chicos y chicas íbamos a compartir un aula común, compartiendo espacio, tiempo y las mismas inquietudes e intereses. Nos sorprendió ver que había muchos chicos que no conocíamos y que jamás lo habíamos visto en los alrededores del instituto, ya que muchos de ellos venían de otras ciudades de Andalucía. Era la primera vez en mi vida de estudiante en la que iba a compartir espacio con el sexo masculino y dada mi excesiva timidez, supuse que esto sería el gran inconveniente que tendría que soportar en los tres años que duraran mis estudios.

No me equivoqué en mi suposición, ya que los primeros días se llenaron de miedos e inseguridades, producto de una educación feminizada durante siete años de instituto y cinco de enseñanza primaria. Cuando vimos entrar por primera vez, a don Jaime Rigual, director del centro y profesor de Matemáticas, supe que sería mi perdición. Su clase era a última hora de la noche y siempre llegaba tarde, con prisa y con un puro en la boca. Cogía la tiza y llenaba la pizarra de operaciones matemáticas. Yo sabía que, en cualquier momento, uno de nosotros subiría al estrado para continuar lo que él había empezado. Durante el tiempo que duraba su clase, mis manos sudaban y el corazón se me aceleraba tan solo de pensar que me sacaría a la pizarra y pudiera hacer el ridículo delante de tanto personal masculino. La ansiedad se disipaba cuando don Jaime salía por la puerta y teníamos los cinco minutos de descanso entre clase y clase, que nos permitía salir al pasillo, beber agua del botijo que estaba en la ventana y que Julia, la conserje, llenaba con mucho mimo, fumarnos el deseado Ducados y cargar energías gracias a los chistes y bromas que nuestro desaparecido compañero Andreu,  y Damián Viruel, hacían de todo lo que había acontecido en el día.



 Las chicas recuperábamos nuestro espacio femenino cuando nos separaban en la clase de Educación Física que nos daba la profesora Luisi y los chicos se iban con Enrique Hernández. Lo normal era que ellos se dedicaran a jugar al fútbol y a otros deportes y nosotras hiciéramos la habitual tabla de gimnasia propia de nuestro sexo. Los campeonatos deportivos en Granada ponían el broche de oro a la escasa actividad deportiva que hacíamos, pero que permitieron a alguna de nosotras establecer lazos afectivos y sentimentales con algún compañero que en la clase habitual solo daba para algún que otro roce y algún que otro guiño. Aunque la mayoría de las veces veníamos con grandes derrotas de los partidos, también regresábamos repletos de nuevas experiencias por haber convivido fuera del aula y de la ciudad con nuestro propios compañeros y compañeras.


 La clase de Formación Política que daba Terele era otro respiro para las de nuestro mismo sexo, ya que la formación social y ciudadana que se esperaba de las futuras maestras distaba mucho de parecerse a la de los futuros maestros, así que volvían a separarnos. En el curso 73-74 aún recibíamos la formación política que se regía por la dictadura franquista, una formación machista basada en los Principios del Movimiento y que relegaba a la mujer a un segundo término, donde la sexualidad era un tema tabú y la procreación y la vida de casada era nuestro verdadero fin. Por ese motivo, estábamos poco habituada a hablar entre nosotros del tema sexual. Nos avergonzaba y nos producía cierto sonrojo.  

 La apertura nos llegó con la llegada de la auxiliar de conversación francesa Marie Claire, que utilizaba una metodología muy innovadora en ese momento, basada en escuchar música, en mirar y leer revistas donde el desnudo era habitual y ver alguna película poco frecuente en nuestro entorno. Marie Claire no entendía muy bien el humor español y cuando nuestro compañero Fede Palomo le cantaba la canción del anuncio de pantis”Marie Claire, Marie Claire, un panty para cada mujer” Ella nos miraba como diciendo que no entendía nuestras exageradas risas.  Fue en una de esas revistas, que trajo Marie Claire, donde vi por primera vez el desnudo de un hombre de cuerpo entero y en todo su esplendor. Me ruboricé hasta las orejas, sobre todo al comprobar que compartía la misma imagen con mi compañero Pepe Gaona que sonrió al verme del color de la amapola. Todo aquello fue el inicio de unas pequeñas dosis de apertura hacia el sexo contrario y que nos permitió desinhibirnos, en parte, de todos los prejuicios propios de nuestra edad y de nuestro sexo, producto de la situación política y cultural que se vivía en esos años.

 El bar Avenida, cercano a Magisterio en la bajada de la cuesta del Morro, era el punto de encuentro de algunos de nosotros. Otros, solo los chicos, se iban al bar Sardinero, el bar de la esquina que estaba repleto de hombres mayores que con la copa de anís El Mono y el coñac Terry mataban el tiempo jugando al dominó y ellos les acompañaban. Cuando entrábamos al bar Avenida, el humo del Coronas y Ducados junto con la música de Serrat, Juan Pardo, Mocedades, Manolo Galván…etc, que sonaba en la máquina de discos, envolvían el ambiente y lo convertían en un lugar muy especial para todos nosotros. Allí repasábamos apuntes, preparábamos exámenes,  debatíamos de  temas actuales e incluso se hacían declaraciones de amor.

 Cuando terminamos primero, se habían esfumado todos los temores, los miedos y los prejuicios hacia el sexo contrario, gracias a todos los momentos que habíamos compartido y todas aquellas actividades que habíamos organizado: desde teatro, pases de modelo, recital de canciones, fiestas discotequeras en la Cueva, El River o el Arco Iris, sin olvidar las chirigotas carnavalescas, creadas por nuestro compañero gaditano Antonio Cárdenas, que nos inculcó el gusanillo del carnaval e incluso le escribió alguna letrilla a don Jaime Rigual y que cantábamos por los pasillos en voz baja para que no nos oyeran.

 La culminación de las relaciones entre el grupo llegó con el Campamento que nos obligaban a hacer a todos los que hacíamos Magisterio y que por primera vez se llevó a cabo con todo el grupo, sin separarnos de los chicos, por iniciativa del profesor de Formación Política don Manuel Calvo Perseguer, que por su talante decidido confió en que debíamos empezar a convivir chicos y chicas fuera de nuestro entorno habitual. Decidieron llevarnos a todos al campamento Santa María Del Buen Aire de San Lorenzo de El Escorial.

  La mayor y la mejor experiencia que tuvimos todos los de mi promoción fue pasar quince días en un campamento donde pudimos relacionarnos, no solo con estudiantes de Ceuta, ya que compartimos espacio también con chicos saharauis, otros de Melilla, de Madrid y un grupo de chicos ciegos. En el campamento nos separaron. A las chicas nos pusieron en un albergue y a ellos en tiendas de campañas cercanas a nosotras. Hacíamos actividades conjuntas al aire libre. Lo mejor de todo eran las noches, con los fuegos de campamento que compartíamos todos al ritmo de guitarras y canciones que agarrados de la mano coreábamos, sin importarnos la edad, ni el lugar de procedencia. Algunas veces nos llevaron a visitar el Escorial, allí aprovechábamos para ir al “Ojo Izquierdo” la discoteca del pueblo que nos permitía achucharnos y regalar algún que otro beso al chico deseado.

 Aún al cabo de tantos años, sigue perdurando en nosotras todas aquellas primeras sensaciones vividas en ese campamento, y siguen en el recuerdo muchas de las personas que conocimos y que dejaron su huella a pesar del tiempo que ha pasado.

Yo NO ELEGÍ SER MAESTRA, pero después de 42 años de ejercer esta profesión, puedo asegurar que mi trabajo como docente me ha dado grandes satisfacciones. He ejercido en todas las etapas de la enseñanza, desde infantil hasta adultos y he desempeñado diversas funciones en los distintos centros docentes donde he trabajado. El contacto con mi alumnado me enriquece y me estimula para seguir en esta difícil tarea que es la educación.

 Este relato fue publicado en el libro COMPARTIENDO MEMORIAS: 85 AÑOS DE MAGISTERIO EN CEUTA, publicado por la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de Ceuta.



Doña Constanza, antigua profesora de La Escuela de Magisterio, profesora de música.


domingo, 10 de enero de 2021

ABANDONADOS A LA DERIVA.

 

LAS AULAS DE INMERSIÓN LINGÜÍSTICAS DE DIGMUN LLEGAN A SU FIN.

Este proyecto llegó a Digmun después de que se debatiera en un pleno, la necesidad de atender a los menores no acompañados del centro de la Esperanza, con una formación en español que les permitiera adaptarse a un centro educativo y al país de acogida. Nos propusieron una subvención para contratar al personal que impartiría estas clases. Así surgió un nuevo convenio en el 2014 entre Digmun y la Consejería de Asuntos Sociales.

Desde sus comienzos el programa estuvo sujeto a numerosos percances, como presagio de lo que iba a ser su trayectoria. Empezó teniendo numerosas carencias como la falta de espacio, mobiliario, material y otras necesidades que se requería para su puesta en marcha. A finales de diciembre del 2014 se contrataron a cuatro monitores para atender a ocho grupos en dos turnos, con 15 alumnos aproximadamente por grupo.

El interés que han demostrado estos alumnos por aprender el español y por desarrollar las múltiples actividades que Digmun ha realizado con ellos, ha compensado considerablemente los continuos avatares que hemos sufrido para cumplir con los objetivos propuestos. En los últimos años, la situación ha empeorado considerablemente por la carencia de espacio, ya que las aulas que se utilizaban se convirtieron en habitaciones debido al aumento de chicos en los últimos años. Buscar espacios fuera del centro, se convirtió en nuestra prioridad, ya que las clases se impartían en el comedor, todos juntos, y como consecuencia, surgieron otros inconvenientes añadidos.



Muchos son los chicos que se alojan en el centro de la Esperanza y pocas son las instituciones que colaboran para hacer más llevadera su estancia en nuestra ciudad y cubrir las necesidades y demandas de este colectivo. Con nuestras clases diarias, con las actividades complementarias y con las salidas externas que Digmun realiza con ellos, se cubre gran parte de las horas que estos adolescentes pasan en el centro, contribuyendo no sólo a su formación sino también a que se sientan más realizados como jóvenes y como personas.

Por otra parte, en el último año, nuestro trabajo se ha visto cuestionado, criticado y condenado por la formación política de ultraderecha VOX , con representación en la  Asamblea de la Ciudad Autónoma. Se ha publicado en prensa, continuas amenazas de que nuestra subvención peligraba y de que el proyecto con los menores quedaría fuera de los presupuestos. Las críticas a las que nos han sometido no han conseguido disminuir nuestro entusiasmo e interés para continuar con nuestra actividad diaria, tanto con estos alumnos que demandan continuamente estas clases, como con el resto de los usuarios que solicitan, día a día, nuestra atención.

El pasado 30 de noviembre se aprobaron los presupuestos provisionales con el apoyo de PP, PSOE, Caballas y los diputados no adscritos. A pesar, de las amenazas de Vox, la subvención de Digmun quedó respaldada por estos partidos, con la misma cuantía de otros años (105.000 euros) para hacer frente nuevamente a las Aulas de Inmersión, al taller Alfaiguálate y al resto de las actuaciones que se llevan a cabo, por lo que nuestros talleres podrían comenzar de nuevo el próximo 15 de enero, así se lo comunicamos a los monitores y a los propios alumnos.




 El 30 de diciembre coincidiendo con la aprobación definitiva de los presupuestos, nos llevamos la sorpresa al revisar el Bocce de la reducción en 50.000 euros de nuestra subvención, sin ningún aviso previo por parte de la Consejería. Suponemos que esta información la desconocían también el resto de partidos políticos que forman la Asamblea.

 Fue el Director General de Asuntos Sociales, don Manuel Sánchez, el que nos comunicó que el Proyecto de las Aulas de Inmersión Lingüística (cuyo coste estimado son 50.000€) no puede ser financiado por la C.A.S. vía subvención nominativa. La Jefa del Área de Menores corroboró esta información y nos comunicó que este servicio educativo saldrá a concurso, pudiendo optar a él cualquier institución local o nacional.

Como consecuencia de esta decisión, nos han retirado parte de nuestra subvención ( 50.000 euros) que se añade por decisión de la Consejería, al Área de Menores, para ampliar el convenio con la Universidad de Málaga (pasando a 121.000€ según recogen los presupuestos) para atender a los menores no acompañados que se encuentran en la calle.

 No entendemos como durante seis años la Consejería de Asuntos Sociales subvencionó a Digmun la puesta en marcha de este proyecto. Si no era lícito deberían haberlo sacado a concurso en los años anteriores. En la entrevista que mantuvimos el pasado 12 de junio para concretar el nuevo convenio con la anterior Directora General doña Malika Abdeselam y con la Consejera doña Dunia Mohamed no se puso de manifiesto en ningún momento esta información tan relevante.

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Sacar a concurso esta subvención nos parece una actuación adecuada pero la falta de información, de transparencia y de coherencia, ha provocado graves consecuencias no sólo para nuestra asociación, ya que se quedarán en paro cuatro monitores, sin previo aviso, sino también para los menores no acompañados que se beneficiaban de este proyecto. Habrá que esperar muchos meses hasta que se establezca el protocolo necesario que requiere el sacar a concurso público esta subvención, mientras tanto, 120 chicos del centro de la Esperanza se quedarán sin cobertura educativa, sin actividades deportivas, lúdicas y complementarias, frustrando así la ilusión con la que esperaban el comienzo del nuevo curso.

Lo importante no es quién cubrirá las carencias educativas de estos chicos. Lo que realmente nos preocupa es el tiempo que se tardará en ejecutar de nuevo este proyecto, iniciado por DIGMUN, o que nunca vuelva a comenzar.

 

 


 Hoy por hoy Cadena Ser Ceuta

 https://elforodeceuta.es/las-aulas-de-inmersion-linguistica-de-digmun-llegan-a-su-fin/

https://www.ceutaactualidad.com/articulo/remitidos/aulas-inmersion-linguistica-digmun-llegan-fin/

https://elfarodeceuta.es/recursos-propios-mantener-clases-espanol-esperanza/

martes, 22 de diciembre de 2020

15 AÑOS COMPARTIENDO VIDA.


XV ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE DIGMUN.


 DIGMUN fue un proyecto que se forjó después de mi experiencia educativa en Marruecos. Cuando volví a Ceuta, en el verano del 2005, pensé que había que contribuir de alguna forma para construir una sociedad más justa.  Planteé mi iniciativa con gran entusiasmo a un grupo de personas que creyeron en ella.

 A partir de ese momento tuvimos muchas reuniones, en distintos lugares, para redactar los estatutos, elegir el nombre de la asociación y, sobre todo, decidir cuál sería el colectivo que íbamos a atender.  No fue difícil esta decisión puesto que en ese momento y en la actualidad siguen siendo las mujeres, los niños y las niñas, los colectivos más desfavorecidos.

En diciembre del 2005 se inscribía DIGMUN en el registro de asociaciones. La  directiva  la formaban 11 mujeres de distintos ámbitos. Yo fui elegida presidenta y sigo en ese cargo desde hace quince años. El objetivo fundamental era dedicar parte de nuestro tiempo a trabajar para dignificar la vida de las personas más vulnerables de nuestra ciudad. 

   El primer año fue fundamental para detectar las primeras necesidades de las personas que se acercaban a nuestra sede, y a partir de aquí, poner en marcha los primeros proyectos. Teniendo en cuenta que no contábamos con subvención alguna, ni con personal voluntario ajeno a nosotras, todo el trabajo se llevaba a cabo desde la propia asociación y con personas cercanas a nosotras mismas, fuera de nuestro horario de trabajo. Hicimos una campaña de captación de socios/as para recaudar fondos y poder pagar así el alquiler del local donde nos ubicamos, en el Paseo de las Palmeras. Allí comenzamos a repartir las primeras ayudas humanitarias y a atender a los primeros usuarios.

La existencia de una demanda por parte de muchas mujeres de una educación básica de español y de alfabetización, desatendida por el rechazo de las instituciones locales para proporcionarla por no tener permiso de residencia ni otra documentación, nos demostró la necesidad de este colectivo de recibir esa formación para poder salir de la situación de precariedad laboral en la que se encontraba, de aquí que el primer proyecto que llevamos a cabo fue el de Alfabetización de mujeres fronterizas que no podían acceder a una educación formal en un centro público de adultos, aunque muchas de ellas vivían o trabajaban en nuestra ciudad.

  Ante la falta de personal voluntario para atender esta demanda, solicitamos las primeras subvenciones, que nos llegaron del Centro Asesor de la Mujer, para contratar una monitora y atender a 25 mujeres. Este fue el inicio de lo que es en la actualidad el proyecto Alfaiguálate que atiende todos los años a más de cien mujeres, quedando algunas de ellas en lista de espera por falta de espacio y de recursos humanos. Sólo gracias a algunas subvenciones y a la colaboración del IES Puertas del Campo y CCOO que nos cede sus aulas, es posible llevar a cabo estos talleres para atender a este colectivo que trabaja en el servicio doméstico en su mayoría, y hace posible que muchas familias de Ceuta puedan conciliar su vida laboral y familiar.

Trabajar con estas mujeres nos acercó a otro grupo con necesidades del que desconocíamos su existencia. Se trataba de los niños y las niñas, que al no estar empadronados, no podían acceder a una educación reglada a pesar de vivir en Ceuta. Empezamos a atenderles con personal del Plan de Empleo, y prácticos de distintos ciclos formativos. Sólo gracias al interés y a la subvención de la Fundación EDUCO, estos menores han podido recibir una educación más sólida y formal que les ha permitido después escolarizarse en un centro público y continuar con sus estudios en institutos, la  universidad o acceder al mundo laboral.

El fomento de la acogida temporal de menores ucranianos ha sido otra de las actuaciones que Digmun ha llevado a cabo durante muchos años. Sensibilizar a familias y subvencionar parte del viaje a estos menores de orfanatos ucranianos, ha permitido que muchos niños y niñas en situación de riesgo pudieran mejorar su salud y su afectividad, muy erosionada por el maltrato y por el abandono familiar. Más de 30 menores han sido acogidos durante muchos años por familias de Ceuta.

En el año 2014 nos llegó la propuesta por parte de la Ciudad Autónoma de ampliar nuestro convenio con Asuntos Sociales, para atender a los menores no acompañados, impartiendo español en los talleres de Inmersión Lingüística. Desde entonces se imparten estos talleres con cuatro monitores, atendiendo en dos turnos y en ocho grupos, a gran parte de los chicos que residen en el Centro de la Esperanza. No sólo aprenden español, sino que también realizan diversas actividades que complementan su formación para su futura adaptación al país de acogida.

La Colaboración con el Centro Penitenciario se llevó a cabo desde nuestros inicios con la realización del taller “Ser Mujer”, que se imparte de forma voluntaria para que las internas puedan tener una formación amplia en igualdad, y detectar así los casos de violencia de género y las posibles discriminaciones que aparezcan en su vida o en  un ambiente cercano. Por estas actividades fuimos reconocidos con una placa el Día de la Merced por parte del Director General del centro en el año 2009.

La puesta en marcha de estas actuaciones junto con el reparto de alimentos, ropa, medicinas…etc, la atención a muchas personas que se acercan a nuestra sede para demandar información, acompañamiento, asesoramiento o simplemente para ser escuchados por los múltiples problemas que presenta su vida diaria; la realización de actividades para conmemorar el Día de la Infancia, de la Mujer, de la Violencia de Género,  Medio Ambiente o de la Paz, complementan el trabajo que Digmun realiza a diario, COMPARTIENDO VIDA con todas aquellas personas que necesitan de otros para ser un poco más felices.

DIGMUN ha ido creciendo a lo largo de los años, y el trabajo ha aumentado considerablemente. Se han puesto en marcha nuevos proyectos, se escucha y atiende a todos los usuarios que llegan a nuestra sede, sin distinguir su lugar de procedencia, su raza, su sexo o su religión. Sin embargo, los recursos materiales y humanos para atender estas nuevas demandas no han aumentado, y esto unido a la gran crisis humanitaria que estamos viviendo en la actualidad, junto con la ausencia de valores como la solidaridad, la empatía, el respeto y la tolerancia, están dificultando cada día más nuestro trabajo, produciendo un gran desánimo entre el personal implicado en las actuaciones diarias del mismo.

 La gratitud y la alegría de nuestros usuarios, junto con las personas y entidades que colaboran y apoyan nuestra labor, es nuestra mayor recompensa. 

 DIGMUN seguirá COMPARTIENDO VIDA a pesar de las adversidades.

 

  


domingo, 13 de diciembre de 2020

 



UN REPORTAJE CONMOVEDOR SOBRE LAS MUJERES EN LA FRONTERA DE CEUTA.

 El documental recoge el relato de vida de una mujer porteadora, Hanane que se quedó viuda a la edad de 20 años. Madre de dos niñas, trabajó durante 15 años como mula (porteadora) transportando sobre su dolorida espalda muchos kilos de mercancías,  siguiendo las huellas de su abuela que le abrió  el camino para trabajar como porteadora y comerciante también.

 Hanane deseaba ofrecer una vida decente a sus hijas y cubrir los cuidados básicos y las necesidades de subsistencia de su familia; para lograrlo, contra su voluntad, tuvo que aceptar condiciones de trabajo inevitablemente deshumanizadoras. Un testimonio que nos entrega a lo largo de este documental.

 El relato de Hanane es el de muchas mujeres que pasan las fronteras, cada una con su historia: solteras, casadas, divorciadas, madres solteras o viudas que, a pesar de sus condiciones físicas delicadas o vulnerables, se resignan  y aceptan esas condiciones de trabajo difíciles y humillantes.

 Mujeres que tratan, no solo de no derrumbarse bajo el peso de la mercancía, sino de no hacerlo tampoco bajo el peso de la vida.

 Hanane describe el deterioro de las condiciones de trabajo en el paso del tarajal, pasando de condiciones relativamente aceptables al principio en el  2006 a un deterioro permanente a lo largo de los años, y que ha costado la vida a varias porteadoras, motivadas por la necesidad desesperada de mantener a sus familias. Mujeres que han perdido la vida arrolladas por sus compañeras en 2018 por empujones y avalanchas atroces. Esto llevó al gobierno marroquí a cerrar el puesto fronterizo de Tarball.

 Hanane es la voz de centenares de mujeres que se han encontrado de un día para otro sin ninguna fuente de ingresos y que solo tienen un sueño, el  de un trabajo decente que contribuya a asegurar una vida digna para ellas y para sus familias.

 Este relato es una llamada a las autoridades marroquíes, con el fin de acelerar la creación de una alternativa económica para estas  mujeres que se han encontrado con un grave problema  para  poder cubrir sus necesidades.

 Todos nuestros agradecimientos van para la asociación Assaida Al Horra para la ciudadanía y la igualdad de oportunidades por el interés que presta a este tema.

(Adaptación).

 



miércoles, 25 de noviembre de 2020

EL MIEDO A LA DENUNCIA.

 

25 DE NOVIEMBRE DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO.

 El número de mujeres asesinadas en lo que va de año asciende a 41, dejando a 23 menores huérfanos, según cifras oficiales. Estas cifras dejan fuera a todas aquellas que murieron a manos de hombres con las que no mantenían un vínculo sentimental. Resulta ridículo negar, aunque algunos se empeñen en hacerlo, que existe una violencia específica hacia las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.


 Todas las mujeres, sin distinción de edad, cultura, religión, formación o estatus social, pueden ser objeto de este tipo de violencia, simplemente, por el hecho de nacer mujer. Las mujeres migrantes no son ajenas a esta realidad, es más, ellas son las que sufren mayores niveles de violencia en nuestro país. Si nos detenemos a buscar respuestas al porqué de esta situación, no podemos pasar por lo alto los numerosos factores que influyen en la extrema vulnerabilidad de estas mujeres ante la violencia de género y sexual que sufren en los países de acogida, como son las barreras lingüísticas, la dependencia económica hacia su agresor y la falta de confianza en las instituciones públicas.

 El choque cultural es innegable. Provienen en su mayoría de sociedades absolutamente ajenas a nuestra legislación y estado de derecho, de países en los que se llega a justificar la violencia de género, y de culturas donde la mujer no puede hablar, ni opinar y mucho menos oponerse a las normas de su propia comunidad, alcanzando niveles de pobreza y analfabetismo muy superiores a los de los hombres.

 Esta es la realidad social y cultural de la que provienen, así que no es difícil imaginar el desamparo e indefensión que sienten ante las nuevas situaciones de violencia de género que sufren por parte de sus parejas en los países de acogida, desamparo e indefensión a los que se suma el desconocimiento de sus derechos y el temor a la propia Administración Pública. No podemos olvidar que en su mayoría proceden de países carentes de libertad, donde esas instituciones públicas son represivas, violentas y opresivas, lo que aumenta aún más en ellas el miedo a denunciar las agresiones y situaciones vejatorias, y a iniciar por tanto un proceso legal en el nuevo país en el que se han establecido.

 Cuando una mujer inmigrante sufre violencia de género por parte de su pareja, habitualmente el marido, y ella está en situación irregular, difícilmente se consigue  convencerla de efectuar la correspondiente denuncia contra su agresor. Puede más en ellas el miedo a hacerse “visibles” ante las distintas instituciones públicas (Policía, Juzgado, Inmigración), y que ello les suponga la incoación del correspondiente expediente sancionador y la consiguiente expulsión del país, que el liberarse de su pareja agresora denunciando los actos violentos y humillaciones sufridas. Seguirá soportando por largo tiempo las agresiones y vejaciones antes que arriesgarse a ser expulsada fuera del entorno familiar o verse obligada a volver a su país.

 El trabajo que DIGMUN realiza en el taller MUJER AVANZA para mujeres fronterizas está encaminado no sólo a educarlas en igualdad, sino también a empoderarlas, para que sean capaces de salir de la situación de vulnerabilidad en que se encuentran y fortalecer su autoestima en el caso de que sean maltratadas por sus parejas. Ellas son las más indefensas, puesto que en su mayoría trabajan en el servicio doméstico o están en el paro, por lo que sus recursos económicos son muy escasos, son  analfabetas  y poseen  un gran desconocimiento de la lengua española. Todo esto unido hace que difícilmente puedan salir de la espiral de la violencia.


 Pretendemos que sean capaces de superar el miedo a denunciar, y enseñarles a confiar en los recursos que tiene nuestra ciudad para protegerlas en el caso de que sean víctimas de la violencia machista, para que puedan comenzar una nueva vida digna y en paz, lejos del maltratador.



 Triste y trágicamente ausentes, pero no olvidadas, siempre en nuestro recuerdo.



 Igualdad, Dignidad, Respeto...PAZ.


 

sábado, 21 de noviembre de 2020

LA SUERTE DEL MOMENTO.

 

20 DE NOVIEMBRE DÍA DE LA INFANCIA.




 En el año 2007 DIGMUN comenzó a impartir el taller para menores sin escolarizar con personal voluntario y de prácticas. Desde la fundación de la asociación en el 2005 hasta esta fecha, no se tenía información de que en nuestra ciudad existía este colectivo sin cobertura educativa. Esta información llegó de manos de una niña, Fanna que tenía entonces 7 años. Su padre nos visitó para comunicarnos que a su hija no se le permitía la escolarización por no estar empadronada, a pesar de que ellos vivían en Ceuta desde hacía tres años y él trabajaba en el puerto captando compradores de billetes de barco.

 A partir de aquí se creó el taller que DIGMUN imparte para estos menores que no están escolarizados, cubriendo en parte, las necesidades educativas que presentan, independientemente de la edad y el nivel previo que tengan. Este taller ha sido financiado durante muchos años por la fundación EDUCO.

 Fanna asistió a nuestros talleres durante tres años, donde recibió un nivel adecuado que le permitió adaptarse a un centro público donde fue escolarizada posteriormente. Tuvo la suerte del momento, ya que en ese tiempo los informes educativos y sociales que se hacían del menor, demostrando su residencia en nuestra ciudad y el arraigo que la familia tenía en Ceuta, con vivienda y trabajo de uno de sus progenitores, eran suficiente para que el menor pudiera ir a un centro educativo por derecho, en caso de no estar empadronado.

 Fanna tuvo suerte por varios motivos: por  contar con una asociación que la pudo atender cuando se encontró fuera del sistema educativo,  porque pudo ser escolarizada en un centro público,  y  por asistir a un colegio con grandes profesionales que no tuvieron  en cuenta ni  su procedencia, ni su situación administrativa,  y sacó de ella todo lo mejor que tenía para convertirla en una alumna brillante. Cuando terminó sus estudios de primaria con notas muy destacadas, pasó a un centro de secundaria donde fue galardonada por sus excelentes calificaciones, dotando de prestigio a su propio centro.

 Actualmente está estudiando enfermería en Ceuta. El padre sigue echando muchas horas en el puerto de sol a sol para poder pagarle a su hija esta carrera. Su familia ya está empadronada en nuestra ciudad y su padre tiene contrato de trabajo por lo que el hermano pequeño pudo ser matriculado, sin problemas, en un colegio público cuando cumplió los seis años.

 Depender de la suerte del momento no es lícito, sobre todo para un menor al que la ley ampara y le concede el derecho de tener una educación y una sanidad pública por encima de los intereses políticos de la ciudad.

 Negarle el derecho a la educación a un menor es negarle un derecho fundamental recogido en Los Derechos de la Infancia, y es a la vez, negarle un futuro  para que puedan ser adultos libres  e independientes, es en definitiva, negarle a “ser personas dignas”.

 DIGMUN sigue trabajando desde hace doce años por defender los derechos de estos menores. Nunca las instituciones locales de Ceuta han apoyado, valorado o reconocido el trabajo realizado por nuestra asociación proporcionándole los recursos humanos necesarios para atenderlos. A pesar de esto, gracias a la colaboración de  otras entidades  como la Fundación Educo, el Centro Cultural Idrissis o CCOO, nuestros talleres pueden llevarse a cabo, y estos menores pueden beneficiarse, una vez escolarizados, de una educación reglada para obtener una titulación que les permita acreditar su formación.


 Muchas son las actividades que anualmente se organizan a favor de la Infancia desde Digmun con el fin de sensibilizar, informar y reflexionar de la importancia de establecer unos sólidos pilares educativos en los niños y niñas, para que contribuyan en un futuro a formar parte de una sociedad más igualitaria y tolerante.

 

 

 


 


domingo, 1 de noviembre de 2020

MICRO-RELATOS. CONTAR HISTORIAS MUY BREVES

  

El club de lectura de la Biblioteca de Ceuta nos propuso que escribiéramos unos micro-relatos para leerlos posteriormente y adivinar el autor/a . También serviría de excusa para dialogar sobre los motivos de nuestra inspiración.

Escribí dos microrrelatos y estoy casi segura que casi todos los asistentes adivinaron que yo era la autora de los mismos por el tema que elegí, muy cercano a mi forma de ver la vida.

Surgió después la idea de asistir a un taller de escritura para aprender la técnica de esta creación literaria. Fue la escritora y profesora ceutí María Jesús Fuente, la que nos deleitó con su taller y nos dio algunas pautas para perfeccionar esas breves historias que  queríamos contar

Esta fue mi pequeña historia que surgió después de tanta motivación

ACOMPAÑADA, SIN COMPAÑÍA


 Descubrí por dónde sale el sol y por dónde se oculta, qué habitaciones eran las más soleadas y aquellas que permanecían inalterables con el paso de las horas. Los muebles adquirían un tono brillante cuando recibían los primeros rayos, y se oscurecían al caer la tarde. Los ruidos de los pisos vecinos se escuchaban a lo largo del día: el arrastrar de los muebles, el taconeo de la vecina, el correr del agua de la cisterna , e incluso “ El Resistiré” que sonaba en algunos balcones..

 Disfruté del color y del olor de las flores de la terraza, del revoloteo de algunos insectos que a veces aparecían en la cocina, del aleteo de las palomas en la ventana, de todos los cuadros que adornan mis paredes y que parecían olvidados y, sobre todo, de los distintos tonos azules, verdes y grises que el mar y el cielo me regalaban desde el amanecer hasta el anochecer.

El aplauso de las 8 me devolvía al mundo real. Comprendía entonces, que cada percepción que entraba por mis sentidos se convertía en mi nueva compañía.





domingo, 25 de octubre de 2020

¿QUÉ FUE DE LOS MENORES UCRANIANOS ?

https://elforodeceuta.es/que-fue-de-los-menores-ucranianos/

ACOGIMIENTO DE MENORES UCRANIANOS.





En el verano del  2005 cuatro familias de Ceuta decidieron  acoger  a cuatro menores de orfanatos ucranianos.
 
La Asociación de Menores Ucranianos de Andalucía lanzaba una cuña radiofónica para captar a familias de acogida a menores procedentes de orfanato de Lungansk, ciudad ucraniana fronteriza con Rusia. Ese acogimiento formaba parte de un programa que se llamaba “Programa de saneamiento de menores ucranianos”. Esa audición llegó a mis oídos por casualidad y en ese momento desconocía lo que iba a influir en mi vida.
 
   Tras oír la noticia llamé  al número que publicitaban y me informaron que, en ese momento,  aún no tenían familia de acogida tres niños y una niña.  Acogí a la niña y busqué desesperadamente  entre mis conocidos  a personas   que  recibieran en su hogar a los  tres niños que aún faltaban por acoger. El 8 de junio de ese año estábamos padres y madres de acogida,  esperando el avión que trasladaba a 80 menores a Andalucía y a  cuatro a Ceuta para pasar los tres meses de verano.
 

  
 A partir de aquí la Asociación Digmun se encargó de difundir, captar e informar a los interesados sobre  esta campaña de acogimiento a  menores. Estos niños y niñas vivían en orfanatos de Ucrania por diferentes motivos, bien por ser huérfanos, porque sus familias no tenían recursos para atenderlos o porque se desconocía su procedencia familiar. El equipaje que traían a sus espaldas era mínimo, una mochila con agua y un bocadillo, pero en su interior traían una maleta repleta de desamparo, sufrimientos y malos tratos. El reto que se presentaba a las familias para afrontar la convivencia y culminar con éxito el acogimiento, era realmente difícil debido a la situación de desconfianza que presentaban los menores y ante la dificultad de comunicarse con ellos. Esto fue el inicio de lo que fueron 13 años de llegada de estos menores a nuestra ciudad. Más de veinte menores se han beneficiado de estos acogimientos gracias a la generosidad de las familias ceutíes y otros, los que se quedaban en el orfanato, se beneficiaron también por la ayuda humanitaria que se enviaba allí a la vuelta de cada acogimiento.
 
   Durante estos años, han sido muchas las familias ceutíes que han acogido a estos menores en su seno familiar durante los tres meses de verano y casi dos meses en navidad. La continuidad no ha sido la misma en todas las familias por varios motivos.  Muchas veces estos niños eran adoptados una vez que volvían al orfanato por familias,  sobre todo italianas  y americanas, otras veces, la familia desistía del acogimiento ante las dificultades de adaptarse al menor y de los problemas que esto traía consigo, o por contratiempos de la propia familia, y, en raras ocasiones, también impedía el acogimiento el hecho de la aparición del padre o la madre a quienes se les había retirado la custodia y con el tiempo conseguían recuperarla.
 
 Por algunos de estos motivos hubo familias que sólo tuvieron un acogimiento de uno o varios períodos, en cambio, para otras, la duración fue mucho mayor y duró todo el tiempo que el menor pasó en el orfanato  hasta cumplir los 18 años, edad en la que pasaban a un piso tutelado.
 
  La llegada de la crisis a España afectó notablemente los acogimientos y hubo un descenso importante, ya que los gastos que suponía el viaje, el mantenimiento y  la ayuda posterior que se  proporcionaba, no pudo ser soportada por muchas familias, a pesar de que Digmun subvencionaba parte de estos viajes con un convenio de la Consejería de Asuntos Sociales.  A partir del 2012 se redujo el número de niños y niñas que venían a nuestra ciudad, pero no por ello las familias  dejaron de tener contacto con ellos y prestarle su ayuda.
 
   La mayor de todas estas niñas, por ser la primera en venir, ya tiene 26 años y es madre de tres niños; al igual que ella, algunas otras ya son madres también, ya que el modelo de mujer ucraniana dicta mucho de parecerse a la española, y lo normal es salir del orfanato y quedarse embarazada. Los que tenían familia en Ucrania, volvieron al seno familiar al cumplir la mayoría de edad, si conocían la procedencia de su familia genética. Muchos de ellos perdieron el contacto con  Ceuta, bien por ser adoptados o porque el tiempo y el espacio diluyó esa relación. Otros fueron evacuados a Odessa cuando estalló la guerra en el este de Ucrania cuando fue ocupada por los rusos, por lo que se supone que se establecieron en esa zona al salir del orfanato. Algunos de esos niños que permanecieron en Lugank se alistaron en el ejército ruso al cumplir la edad, pero no pudieron cruzar a Ucrania por ser considerados traidores al país. A pesar de todas estas circunstancias muchos de ellos mantienen el contacto con sus familias ceutíes y las siguen considerando parte muy importante de sus vidas. Actualmente tan sólo una niña continúa  viniendo a Ceuta desde que tenía cinco años, y tiene en la actualidad 15. El hecho de su continuidad ha sido en parte a que su familia genética vive en Ucrania y mantiene contacto con ella y por otro lado, al tesón y a  la constancia de la familia ceutí que no ha persistido año tras año en este acogimiento a pesar de las dificultades.

Los beneficios que estos  acogimientos proporcionaron a estos menores fueron   múltiples. Mejoraron su salud física y emocional y volvían  a Ucrania en mejores condiciones que cuando llegaron. En tan solo un verano recuperaban una parte de su retraso en el desarrollo físico, que solía ser de uno o dos años. En algunos casos resolvieron  algunos problemas médicos no tratados en Ucrania, sobre todo de salud bucodental y visual. Pero además, y sobre todo en el caso de los que procedían  de  familias desestructuradas,  encontraron  una familia que les demostraba su cariño y que se preocupaba  por ellos. Esto favoreció que mejorase su autoestima, y el hecho de que aun después de irse la familia de acogida siguiera en contacto con ellos demostrándole su cariño y preocupación, les hacía sentir que no estaban solos. Aprendieron así también a confiar en la familia como base de cariño, de apoyo y de cuidados.
 
 


  De lo que no hay duda es de que estos menores que ya son jóvenes de más de 18 años, estén donde estén, nunca olvidarán el tiempo que disfrutaron en nuestra ciudad, el cariño que recibieron de sus familias, el bienestar que les proporcionaron y, sobre todo, la seguridad de saber que, en esos momentos, había alguien que se preocupaba y ocupaba de ellos, aunque fuera en la distancia. Ellos recibieron mucho, pero las familias de Ceuta recibimos mucho más de ellos.