A POCOS METROS, LA
ESPERANZA.
La punzada del miedo, la frialdad
del agua del mar, y el griterío cercano le impedía avanzar. Nadaba esquivando
olas y temores. Solo pensaba en atravesar la valla para alcanzar el Tarajal. La
única esperanza de salvar a sus hijos del hambre que les azotaba era llegar al
otro lado de la frontera. Envuelta entre la espuma que la ahogaba, un chaleco
rojo la abrazó y solo pudo ver, entre tinieblas, que por fin había llegado.
El diario Sur de Málaga convocó una certamen de microrrelatos . No podía superar las 150 palabras.
Me atreví a participar con este microrrelato de 83 palabras.