La educación es la única arma para combatir las injusticias, las desigualdades y la discriminación

martes, 22 de diciembre de 2020

15 AÑOS COMPARTIENDO VIDA.


XV ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE DIGMUN.


 DIGMUN fue un proyecto que se forjó después de mi experiencia educativa en Marruecos. Cuando volví a Ceuta, en el verano del 2005, pensé que había que contribuir de alguna forma para construir una sociedad más justa.  Planteé mi iniciativa con gran entusiasmo a un grupo de personas que creyeron en ella.

 A partir de ese momento tuvimos muchas reuniones, en distintos lugares, para redactar los estatutos, elegir el nombre de la asociación y, sobre todo, decidir cuál sería el colectivo que íbamos a atender.  No fue difícil esta decisión puesto que en ese momento y en la actualidad siguen siendo las mujeres, los niños y las niñas, los colectivos más desfavorecidos.

En diciembre del 2005 se inscribía DIGMUN en el registro de asociaciones. La  directiva  la formaban 11 mujeres de distintos ámbitos. Yo fui elegida presidenta y sigo en ese cargo desde hace quince años. El objetivo fundamental era dedicar parte de nuestro tiempo a trabajar para dignificar la vida de las personas más vulnerables de nuestra ciudad. 

   El primer año fue fundamental para detectar las primeras necesidades de las personas que se acercaban a nuestra sede, y a partir de aquí, poner en marcha los primeros proyectos. Teniendo en cuenta que no contábamos con subvención alguna, ni con personal voluntario ajeno a nosotras, todo el trabajo se llevaba a cabo desde la propia asociación y con personas cercanas a nosotras mismas, fuera de nuestro horario de trabajo. Hicimos una campaña de captación de socios/as para recaudar fondos y poder pagar así el alquiler del local donde nos ubicamos, en el Paseo de las Palmeras. Allí comenzamos a repartir las primeras ayudas humanitarias y a atender a los primeros usuarios.

La existencia de una demanda por parte de muchas mujeres de una educación básica de español y de alfabetización, desatendida por el rechazo de las instituciones locales para proporcionarla por no tener permiso de residencia ni otra documentación, nos demostró la necesidad de este colectivo de recibir esa formación para poder salir de la situación de precariedad laboral en la que se encontraba, de aquí que el primer proyecto que llevamos a cabo fue el de Alfabetización de mujeres fronterizas que no podían acceder a una educación formal en un centro público de adultos, aunque muchas de ellas vivían o trabajaban en nuestra ciudad.

  Ante la falta de personal voluntario para atender esta demanda, solicitamos las primeras subvenciones, que nos llegaron del Centro Asesor de la Mujer, para contratar una monitora y atender a 25 mujeres. Este fue el inicio de lo que es en la actualidad el proyecto Alfaiguálate que atiende todos los años a más de cien mujeres, quedando algunas de ellas en lista de espera por falta de espacio y de recursos humanos. Sólo gracias a algunas subvenciones y a la colaboración del IES Puertas del Campo y CCOO que nos cede sus aulas, es posible llevar a cabo estos talleres para atender a este colectivo que trabaja en el servicio doméstico en su mayoría, y hace posible que muchas familias de Ceuta puedan conciliar su vida laboral y familiar.

Trabajar con estas mujeres nos acercó a otro grupo con necesidades del que desconocíamos su existencia. Se trataba de los niños y las niñas, que al no estar empadronados, no podían acceder a una educación reglada a pesar de vivir en Ceuta. Empezamos a atenderles con personal del Plan de Empleo, y prácticos de distintos ciclos formativos. Sólo gracias al interés y a la subvención de la Fundación EDUCO, estos menores han podido recibir una educación más sólida y formal que les ha permitido después escolarizarse en un centro público y continuar con sus estudios en institutos, la  universidad o acceder al mundo laboral.

El fomento de la acogida temporal de menores ucranianos ha sido otra de las actuaciones que Digmun ha llevado a cabo durante muchos años. Sensibilizar a familias y subvencionar parte del viaje a estos menores de orfanatos ucranianos, ha permitido que muchos niños y niñas en situación de riesgo pudieran mejorar su salud y su afectividad, muy erosionada por el maltrato y por el abandono familiar. Más de 30 menores han sido acogidos durante muchos años por familias de Ceuta.

En el año 2014 nos llegó la propuesta por parte de la Ciudad Autónoma de ampliar nuestro convenio con Asuntos Sociales, para atender a los menores no acompañados, impartiendo español en los talleres de Inmersión Lingüística. Desde entonces se imparten estos talleres con cuatro monitores, atendiendo en dos turnos y en ocho grupos, a gran parte de los chicos que residen en el Centro de la Esperanza. No sólo aprenden español, sino que también realizan diversas actividades que complementan su formación para su futura adaptación al país de acogida.

La Colaboración con el Centro Penitenciario se llevó a cabo desde nuestros inicios con la realización del taller “Ser Mujer”, que se imparte de forma voluntaria para que las internas puedan tener una formación amplia en igualdad, y detectar así los casos de violencia de género y las posibles discriminaciones que aparezcan en su vida o en  un ambiente cercano. Por estas actividades fuimos reconocidos con una placa el Día de la Merced por parte del Director General del centro en el año 2009.

La puesta en marcha de estas actuaciones junto con el reparto de alimentos, ropa, medicinas…etc, la atención a muchas personas que se acercan a nuestra sede para demandar información, acompañamiento, asesoramiento o simplemente para ser escuchados por los múltiples problemas que presenta su vida diaria; la realización de actividades para conmemorar el Día de la Infancia, de la Mujer, de la Violencia de Género,  Medio Ambiente o de la Paz, complementan el trabajo que Digmun realiza a diario, COMPARTIENDO VIDA con todas aquellas personas que necesitan de otros para ser un poco más felices.

DIGMUN ha ido creciendo a lo largo de los años, y el trabajo ha aumentado considerablemente. Se han puesto en marcha nuevos proyectos, se escucha y atiende a todos los usuarios que llegan a nuestra sede, sin distinguir su lugar de procedencia, su raza, su sexo o su religión. Sin embargo, los recursos materiales y humanos para atender estas nuevas demandas no han aumentado, y esto unido a la gran crisis humanitaria que estamos viviendo en la actualidad, junto con la ausencia de valores como la solidaridad, la empatía, el respeto y la tolerancia, están dificultando cada día más nuestro trabajo, produciendo un gran desánimo entre el personal implicado en las actuaciones diarias del mismo.

 La gratitud y la alegría de nuestros usuarios, junto con las personas y entidades que colaboran y apoyan nuestra labor, es nuestra mayor recompensa. 

 DIGMUN seguirá COMPARTIENDO VIDA a pesar de las adversidades.

 

  


domingo, 13 de diciembre de 2020

 



UN REPORTAJE CONMOVEDOR SOBRE LAS MUJERES EN LA FRONTERA DE CEUTA.

 El documental recoge el relato de vida de una mujer porteadora, Hanane que se quedó viuda a la edad de 20 años. Madre de dos niñas, trabajó durante 15 años como mula (porteadora) transportando sobre su dolorida espalda muchos kilos de mercancías,  siguiendo las huellas de su abuela que le abrió  el camino para trabajar como porteadora y comerciante también.

 Hanane deseaba ofrecer una vida decente a sus hijas y cubrir los cuidados básicos y las necesidades de subsistencia de su familia; para lograrlo, contra su voluntad, tuvo que aceptar condiciones de trabajo inevitablemente deshumanizadoras. Un testimonio que nos entrega a lo largo de este documental.

 El relato de Hanane es el de muchas mujeres que pasan las fronteras, cada una con su historia: solteras, casadas, divorciadas, madres solteras o viudas que, a pesar de sus condiciones físicas delicadas o vulnerables, se resignan  y aceptan esas condiciones de trabajo difíciles y humillantes.

 Mujeres que tratan, no solo de no derrumbarse bajo el peso de la mercancía, sino de no hacerlo tampoco bajo el peso de la vida.

 Hanane describe el deterioro de las condiciones de trabajo en el paso del tarajal, pasando de condiciones relativamente aceptables al principio en el  2006 a un deterioro permanente a lo largo de los años, y que ha costado la vida a varias porteadoras, motivadas por la necesidad desesperada de mantener a sus familias. Mujeres que han perdido la vida arrolladas por sus compañeras en 2018 por empujones y avalanchas atroces. Esto llevó al gobierno marroquí a cerrar el puesto fronterizo de Tarball.

 Hanane es la voz de centenares de mujeres que se han encontrado de un día para otro sin ninguna fuente de ingresos y que solo tienen un sueño, el  de un trabajo decente que contribuya a asegurar una vida digna para ellas y para sus familias.

 Este relato es una llamada a las autoridades marroquíes, con el fin de acelerar la creación de una alternativa económica para estas  mujeres que se han encontrado con un grave problema  para  poder cubrir sus necesidades.

 Todos nuestros agradecimientos van para la asociación Assaida Al Horra para la ciudadanía y la igualdad de oportunidades por el interés que presta a este tema.

(Adaptación).

 



miércoles, 25 de noviembre de 2020

EL MIEDO A LA DENUNCIA.

 

25 DE NOVIEMBRE DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO.

 El número de mujeres asesinadas en lo que va de año asciende a 41, dejando a 23 menores huérfanos, según cifras oficiales. Estas cifras dejan fuera a todas aquellas que murieron a manos de hombres con las que no mantenían un vínculo sentimental. Resulta ridículo negar, aunque algunos se empeñen en hacerlo, que existe una violencia específica hacia las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.


 Todas las mujeres, sin distinción de edad, cultura, religión, formación o estatus social, pueden ser objeto de este tipo de violencia, simplemente, por el hecho de nacer mujer. Las mujeres migrantes no son ajenas a esta realidad, es más, ellas son las que sufren mayores niveles de violencia en nuestro país. Si nos detenemos a buscar respuestas al porqué de esta situación, no podemos pasar por lo alto los numerosos factores que influyen en la extrema vulnerabilidad de estas mujeres ante la violencia de género y sexual que sufren en los países de acogida, como son las barreras lingüísticas, la dependencia económica hacia su agresor y la falta de confianza en las instituciones públicas.

 El choque cultural es innegable. Provienen en su mayoría de sociedades absolutamente ajenas a nuestra legislación y estado de derecho, de países en los que se llega a justificar la violencia de género, y de culturas donde la mujer no puede hablar, ni opinar y mucho menos oponerse a las normas de su propia comunidad, alcanzando niveles de pobreza y analfabetismo muy superiores a los de los hombres.

 Esta es la realidad social y cultural de la que provienen, así que no es difícil imaginar el desamparo e indefensión que sienten ante las nuevas situaciones de violencia de género que sufren por parte de sus parejas en los países de acogida, desamparo e indefensión a los que se suma el desconocimiento de sus derechos y el temor a la propia Administración Pública. No podemos olvidar que en su mayoría proceden de países carentes de libertad, donde esas instituciones públicas son represivas, violentas y opresivas, lo que aumenta aún más en ellas el miedo a denunciar las agresiones y situaciones vejatorias, y a iniciar por tanto un proceso legal en el nuevo país en el que se han establecido.

 Cuando una mujer inmigrante sufre violencia de género por parte de su pareja, habitualmente el marido, y ella está en situación irregular, difícilmente se consigue  convencerla de efectuar la correspondiente denuncia contra su agresor. Puede más en ellas el miedo a hacerse “visibles” ante las distintas instituciones públicas (Policía, Juzgado, Inmigración), y que ello les suponga la incoación del correspondiente expediente sancionador y la consiguiente expulsión del país, que el liberarse de su pareja agresora denunciando los actos violentos y humillaciones sufridas. Seguirá soportando por largo tiempo las agresiones y vejaciones antes que arriesgarse a ser expulsada fuera del entorno familiar o verse obligada a volver a su país.

 El trabajo que DIGMUN realiza en el taller MUJER AVANZA para mujeres fronterizas está encaminado no sólo a educarlas en igualdad, sino también a empoderarlas, para que sean capaces de salir de la situación de vulnerabilidad en que se encuentran y fortalecer su autoestima en el caso de que sean maltratadas por sus parejas. Ellas son las más indefensas, puesto que en su mayoría trabajan en el servicio doméstico o están en el paro, por lo que sus recursos económicos son muy escasos, son  analfabetas  y poseen  un gran desconocimiento de la lengua española. Todo esto unido hace que difícilmente puedan salir de la espiral de la violencia.


 Pretendemos que sean capaces de superar el miedo a denunciar, y enseñarles a confiar en los recursos que tiene nuestra ciudad para protegerlas en el caso de que sean víctimas de la violencia machista, para que puedan comenzar una nueva vida digna y en paz, lejos del maltratador.



 Triste y trágicamente ausentes, pero no olvidadas, siempre en nuestro recuerdo.



 Igualdad, Dignidad, Respeto...PAZ.


 

sábado, 21 de noviembre de 2020

LA SUERTE DEL MOMENTO.

 

20 DE NOVIEMBRE DÍA DE LA INFANCIA.




 En el año 2007 DIGMUN comenzó a impartir el taller para menores sin escolarizar con personal voluntario y de prácticas. Desde la fundación de la asociación en el 2005 hasta esta fecha, no se tenía información de que en nuestra ciudad existía este colectivo sin cobertura educativa. Esta información llegó de manos de una niña, Fanna que tenía entonces 7 años. Su padre nos visitó para comunicarnos que a su hija no se le permitía la escolarización por no estar empadronada, a pesar de que ellos vivían en Ceuta desde hacía tres años y él trabajaba en el puerto captando compradores de billetes de barco.

 A partir de aquí se creó el taller que DIGMUN imparte para estos menores que no están escolarizados, cubriendo en parte, las necesidades educativas que presentan, independientemente de la edad y el nivel previo que tengan. Este taller ha sido financiado durante muchos años por la fundación EDUCO.

 Fanna asistió a nuestros talleres durante tres años, donde recibió un nivel adecuado que le permitió adaptarse a un centro público donde fue escolarizada posteriormente. Tuvo la suerte del momento, ya que en ese tiempo los informes educativos y sociales que se hacían del menor, demostrando su residencia en nuestra ciudad y el arraigo que la familia tenía en Ceuta, con vivienda y trabajo de uno de sus progenitores, eran suficiente para que el menor pudiera ir a un centro educativo por derecho, en caso de no estar empadronado.

 Fanna tuvo suerte por varios motivos: por  contar con una asociación que la pudo atender cuando se encontró fuera del sistema educativo,  porque pudo ser escolarizada en un centro público,  y  por asistir a un colegio con grandes profesionales que no tuvieron  en cuenta ni  su procedencia, ni su situación administrativa,  y sacó de ella todo lo mejor que tenía para convertirla en una alumna brillante. Cuando terminó sus estudios de primaria con notas muy destacadas, pasó a un centro de secundaria donde fue galardonada por sus excelentes calificaciones, dotando de prestigio a su propio centro.

 Actualmente está estudiando enfermería en Ceuta. El padre sigue echando muchas horas en el puerto de sol a sol para poder pagarle a su hija esta carrera. Su familia ya está empadronada en nuestra ciudad y su padre tiene contrato de trabajo por lo que el hermano pequeño pudo ser matriculado, sin problemas, en un colegio público cuando cumplió los seis años.

 Depender de la suerte del momento no es lícito, sobre todo para un menor al que la ley ampara y le concede el derecho de tener una educación y una sanidad pública por encima de los intereses políticos de la ciudad.

 Negarle el derecho a la educación a un menor es negarle un derecho fundamental recogido en Los Derechos de la Infancia, y es a la vez, negarle un futuro  para que puedan ser adultos libres  e independientes, es en definitiva, negarle a “ser personas dignas”.

 DIGMUN sigue trabajando desde hace doce años por defender los derechos de estos menores. Nunca las instituciones locales de Ceuta han apoyado, valorado o reconocido el trabajo realizado por nuestra asociación proporcionándole los recursos humanos necesarios para atenderlos. A pesar de esto, gracias a la colaboración de  otras entidades  como la Fundación Educo, el Centro Cultural Idrissis o CCOO, nuestros talleres pueden llevarse a cabo, y estos menores pueden beneficiarse, una vez escolarizados, de una educación reglada para obtener una titulación que les permita acreditar su formación.


 Muchas son las actividades que anualmente se organizan a favor de la Infancia desde Digmun con el fin de sensibilizar, informar y reflexionar de la importancia de establecer unos sólidos pilares educativos en los niños y niñas, para que contribuyan en un futuro a formar parte de una sociedad más igualitaria y tolerante.

 

 

 


 


domingo, 1 de noviembre de 2020

MICRO-RELATOS. CONTAR HISTORIAS MUY BREVES

  

El club de lectura de la Biblioteca de Ceuta nos propuso que escribiéramos unos micro-relatos para leerlos posteriormente y adivinar el autor/a . También serviría de excusa para dialogar sobre los motivos de nuestra inspiración.

Escribí dos microrrelatos y estoy casi segura que casi todos los asistentes adivinaron que yo era la autora de los mismos por el tema que elegí, muy cercano a mi forma de ver la vida.

Surgió después la idea de asistir a un taller de escritura para aprender la técnica de esta creación literaria. Fue la escritora y profesora ceutí María Jesús Fuente, la que nos deleitó con su taller y nos dio algunas pautas para perfeccionar esas breves historias que  queríamos contar

Esta fue mi pequeña historia que surgió después de tanta motivación

ACOMPAÑADA, SIN COMPAÑÍA


 Descubrí por dónde sale el sol y por dónde se oculta, qué habitaciones eran las más soleadas y aquellas que permanecían inalterables con el paso de las horas. Los muebles adquirían un tono brillante cuando recibían los primeros rayos, y se oscurecían al caer la tarde. Los ruidos de los pisos vecinos se escuchaban a lo largo del día: el arrastrar de los muebles, el taconeo de la vecina, el correr del agua de la cisterna , e incluso “ El Resistiré” que sonaba en algunos balcones..

 Disfruté del color y del olor de las flores de la terraza, del revoloteo de algunos insectos que a veces aparecían en la cocina, del aleteo de las palomas en la ventana, de todos los cuadros que adornan mis paredes y que parecían olvidados y, sobre todo, de los distintos tonos azules, verdes y grises que el mar y el cielo me regalaban desde el amanecer hasta el anochecer.

El aplauso de las 8 me devolvía al mundo real. Comprendía entonces, que cada percepción que entraba por mis sentidos se convertía en mi nueva compañía.





domingo, 25 de octubre de 2020

¿QUÉ FUE DE LOS MENORES UCRANIANOS ?

https://elforodeceuta.es/que-fue-de-los-menores-ucranianos/

ACOGIMIENTO DE MENORES UCRANIANOS.





En el verano del  2005 cuatro familias de Ceuta decidieron  acoger  a cuatro menores de orfanatos ucranianos.
 
La Asociación de Menores Ucranianos de Andalucía lanzaba una cuña radiofónica para captar a familias de acogida a menores procedentes de orfanato de Lungansk, ciudad ucraniana fronteriza con Rusia. Ese acogimiento formaba parte de un programa que se llamaba “Programa de saneamiento de menores ucranianos”. Esa audición llegó a mis oídos por casualidad y en ese momento desconocía lo que iba a influir en mi vida.
 
   Tras oír la noticia llamé  al número que publicitaban y me informaron que, en ese momento,  aún no tenían familia de acogida tres niños y una niña.  Acogí a la niña y busqué desesperadamente  entre mis conocidos  a personas   que  recibieran en su hogar a los  tres niños que aún faltaban por acoger. El 8 de junio de ese año estábamos padres y madres de acogida,  esperando el avión que trasladaba a 80 menores a Andalucía y a  cuatro a Ceuta para pasar los tres meses de verano.
 

  
 A partir de aquí la Asociación Digmun se encargó de difundir, captar e informar a los interesados sobre  esta campaña de acogimiento a  menores. Estos niños y niñas vivían en orfanatos de Ucrania por diferentes motivos, bien por ser huérfanos, porque sus familias no tenían recursos para atenderlos o porque se desconocía su procedencia familiar. El equipaje que traían a sus espaldas era mínimo, una mochila con agua y un bocadillo, pero en su interior traían una maleta repleta de desamparo, sufrimientos y malos tratos. El reto que se presentaba a las familias para afrontar la convivencia y culminar con éxito el acogimiento, era realmente difícil debido a la situación de desconfianza que presentaban los menores y ante la dificultad de comunicarse con ellos. Esto fue el inicio de lo que fueron 13 años de llegada de estos menores a nuestra ciudad. Más de veinte menores se han beneficiado de estos acogimientos gracias a la generosidad de las familias ceutíes y otros, los que se quedaban en el orfanato, se beneficiaron también por la ayuda humanitaria que se enviaba allí a la vuelta de cada acogimiento.
 
   Durante estos años, han sido muchas las familias ceutíes que han acogido a estos menores en su seno familiar durante los tres meses de verano y casi dos meses en navidad. La continuidad no ha sido la misma en todas las familias por varios motivos.  Muchas veces estos niños eran adoptados una vez que volvían al orfanato por familias,  sobre todo italianas  y americanas, otras veces, la familia desistía del acogimiento ante las dificultades de adaptarse al menor y de los problemas que esto traía consigo, o por contratiempos de la propia familia, y, en raras ocasiones, también impedía el acogimiento el hecho de la aparición del padre o la madre a quienes se les había retirado la custodia y con el tiempo conseguían recuperarla.
 
 Por algunos de estos motivos hubo familias que sólo tuvieron un acogimiento de uno o varios períodos, en cambio, para otras, la duración fue mucho mayor y duró todo el tiempo que el menor pasó en el orfanato  hasta cumplir los 18 años, edad en la que pasaban a un piso tutelado.
 
  La llegada de la crisis a España afectó notablemente los acogimientos y hubo un descenso importante, ya que los gastos que suponía el viaje, el mantenimiento y  la ayuda posterior que se  proporcionaba, no pudo ser soportada por muchas familias, a pesar de que Digmun subvencionaba parte de estos viajes con un convenio de la Consejería de Asuntos Sociales.  A partir del 2012 se redujo el número de niños y niñas que venían a nuestra ciudad, pero no por ello las familias  dejaron de tener contacto con ellos y prestarle su ayuda.
 
   La mayor de todas estas niñas, por ser la primera en venir, ya tiene 26 años y es madre de tres niños; al igual que ella, algunas otras ya son madres también, ya que el modelo de mujer ucraniana dicta mucho de parecerse a la española, y lo normal es salir del orfanato y quedarse embarazada. Los que tenían familia en Ucrania, volvieron al seno familiar al cumplir la mayoría de edad, si conocían la procedencia de su familia genética. Muchos de ellos perdieron el contacto con  Ceuta, bien por ser adoptados o porque el tiempo y el espacio diluyó esa relación. Otros fueron evacuados a Odessa cuando estalló la guerra en el este de Ucrania cuando fue ocupada por los rusos, por lo que se supone que se establecieron en esa zona al salir del orfanato. Algunos de esos niños que permanecieron en Lugank se alistaron en el ejército ruso al cumplir la edad, pero no pudieron cruzar a Ucrania por ser considerados traidores al país. A pesar de todas estas circunstancias muchos de ellos mantienen el contacto con sus familias ceutíes y las siguen considerando parte muy importante de sus vidas. Actualmente tan sólo una niña continúa  viniendo a Ceuta desde que tenía cinco años, y tiene en la actualidad 15. El hecho de su continuidad ha sido en parte a que su familia genética vive en Ucrania y mantiene contacto con ella y por otro lado, al tesón y a  la constancia de la familia ceutí que no ha persistido año tras año en este acogimiento a pesar de las dificultades.

Los beneficios que estos  acogimientos proporcionaron a estos menores fueron   múltiples. Mejoraron su salud física y emocional y volvían  a Ucrania en mejores condiciones que cuando llegaron. En tan solo un verano recuperaban una parte de su retraso en el desarrollo físico, que solía ser de uno o dos años. En algunos casos resolvieron  algunos problemas médicos no tratados en Ucrania, sobre todo de salud bucodental y visual. Pero además, y sobre todo en el caso de los que procedían  de  familias desestructuradas,  encontraron  una familia que les demostraba su cariño y que se preocupaba  por ellos. Esto favoreció que mejorase su autoestima, y el hecho de que aun después de irse la familia de acogida siguiera en contacto con ellos demostrándole su cariño y preocupación, les hacía sentir que no estaban solos. Aprendieron así también a confiar en la familia como base de cariño, de apoyo y de cuidados.
 
 


  De lo que no hay duda es de que estos menores que ya son jóvenes de más de 18 años, estén donde estén, nunca olvidarán el tiempo que disfrutaron en nuestra ciudad, el cariño que recibieron de sus familias, el bienestar que les proporcionaron y, sobre todo, la seguridad de saber que, en esos momentos, había alguien que se preocupaba y ocupaba de ellos, aunque fuera en la distancia. Ellos recibieron mucho, pero las familias de Ceuta recibimos mucho más de ellos.

miércoles, 14 de octubre de 2020

DÍA INTERNACIONAL DE LA NIÑA

 

62 MILLONES DE NIÑAS SON ÁUN ANALFABETAS EN EL MUNDO.

 

El  11 de octubre se conmemoró el "Día Internacional de la Niña", aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de reconocer  y dar difusión a los problemas que ellas confrontan, tales como la discriminación y la violencia. La atención también se centra en la necesidad de promover el cumplimiento de sus derechos humanos y por lo tanto, proporcionarles el DERECHO A LA EDUCACIÓN, ya que en muchos países son ellas las primeras en abandonar la escuela para dedicarse a las tareas del hogar y al cuidado de los hermanos menores. El tiempo que dedican a estas labores limita el tiempo que tienen las niñas para jugar, pasar tiempo con amigos, estudiar o sencillamente ser niñas.

Las niñas de entre 5 y 14 años dedican a las labores del hogar un 40 por ciento más de su tiempo, es decir, 160 millones de horas al día, que los niños. Un informe de Unicef lanzado  durante el 'Día Internacional de la Niña' muestra la desproporción en el reparto de tareas del hogar entre sexos. Las niñas dedican un 30 por ciento más de su tiempo, o lo que es lo mismo, 40 millones de horas más al día que los niños, a lavar, cocinar o cuidar de familiares. Éste es un trabajo infravalorado y poco visible.

La sobrecarga de trabajo doméstico no remunerado empieza en la primera infancia y se intensifica cuando las niñas llegan a la adolescencia. Como resultado de esto, las niñas sacrifican oportunidades importantes de aprendizaje, crecimiento, y simplemente de disfrute de su infancia. Esta distribución desigual de las labores entre niños y niñas perpetúa los estereotipos de género y la doble carga sobre las mujeres y las niñas de generación en generación.

 


 Además de la desigualdad en la escolarización, existen otras situaciones específicas que justifican la conmemoración de este día tales como la práctica de la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil, por el que cada dos segundos una niña es obligada a casarse y las agresiones sexuales que sufren  miles de niñas en el mundo.

El Día Internacional de la Niña, declarado por la Asamblea General de Naciones Unidas, reconoce los derechos de las niñas y los desafíos excepcionales a los que se enfrentan en todo el mundo.

En este día es importante visibilizar y reivindicar el derecho que tienen las niñas a la educación, independientemente de la situación administrativa, familiar o económica en la que se encuentren. Existen niñas en Ceuta que no están escolarizadas por no estar empadronadas y esto limita en gran medida su desarrollo personal y el acceso al mundo laboral en el futuro, condenándolas así a ejercer trabajos poco remunerados y relegándolas al papel de ama de casa exclusivamente, sin expectativas de realizarse fuera del ámbito doméstico.

 

 


 

 

 

miércoles, 30 de septiembre de 2020

¿MARROQUINIZAR O ESPAÑOLIZAR? ¿QUÉ HACE DIGMUN?

 

LA EDUCACIÓN ES NUESTRO  OBJETIVO PRINCIPAL.


 No he dejado de buscar el significado de  “marroquinizar” y no  encuentro ningún diccionario de la lengua española que haga referencia a esta palabra. Supongo que será un término inventado por este grupo político con el fin de nombrar a alguna acción deshonesta y malvada que realizamos con nuestro alumnado de origen marroquí, imprimiéndoles cualidades que perjudican considerablemente a la población ceutí.

Sí he encontrado el término “españolizar” que tiene un significado muy claro y conciso: “Imprimir rasgos, cualidades y costumbres que se consideran propios de España”. “Dar carácter español a una persona, un país o una cosa”.

 

 

 

 Según esta definición, Digmun no está “marroquinizando” a su alumnado porque teniendo en cuenta que todos nuestros talleres son educativos y no asistenciales, y que algunos de ellos les corresponde impartirlo a la Ciudad por tratarse de menores que están bajo su custodia, lo que hacemos en estas clases es “españolizar” a nuestros alumnos, ya que el objetivo fundamental de nuestra práctica educativa  es la enseñanza del español a través de distintos programas.

No solo les enseñamos  español, sino que también  los acercamos a la cultura, costumbres y formas de vida de nuestra ciudad. Se realizan actividades relacionadas con la Constitución, con las fiestas patronales, con las festividades más representativas como son la Mochila o el Carnaval. En definitiva, se pretende que tengan conocimientos del entorno donde viven, estudian o trabajan.

 



 En definitiva, llamar a Digmun, asociación marroquinizadora está muy lejos de la realidad, a no ser que se refieran con ello, a que estamos trabajando con usuarios musulmanes, que no son de su agrado y que a través de nuestros talleres somos los responsables de la llegada masiva de extranjeros a nuestra ciudad, fomentando así, el efecto llamada.

Eliminar “el chiringuito” que es como ellos llaman a las asociaciones que trabajamos, en su mayoría, con musulmanes, sería su objetivo y así conseguirían, según ellos,  “el exterminio de  la población de origen marroquí”. 

Mucho poder debe tener nuestra asociación para que quieran eliminarla, retirando una subvención que equivale casi al precio de las farolas de la Gran Vía y de algunas esculturas de Ceuta. Subvención que se invierte en su totalidad en educación, ya que el verdadero objetivo de nuestra asociación es educar a los colectivos más desfavorecidos que no tienen  acceso a una enseñanza reglada en nuestra ciudad, enseñándoles la lengua y la cultura españolas, para facilitar así su adaptación al país de acogida, evitando que surjan enfrentamientos de índole racial o cultural y mejorar  así la  convivencia.

 La educación es la única arma capaz de combatir la intolerancia y la falta de respeto, haciendo que ninguna persona se sienta superior o inferior al resto.

 

                                       
 


 https://www.ceutaldia.com/opinion/mail-al-director/marroquinizar-espanolizar-hace-digmun/20201002135733223723.html

miércoles, 23 de septiembre de 2020

NIÑOS SIN COMPAÑÍA


 Son niños que no tienen compañía, tan solo la de ellos mismos. No tienen padre ni madre. No tienen amigos, ni familiares que los acompañen en su día a día. Muchos de ellos circulan por la ciudad, sobre todo por el puerto a la espera del despiste de la policía para introducirse en el primer barco que les lleve al destino deseado.

 La mayoría tienen entre 13 y 17 años y proceden de Marruecos. Son etiquetados como delincuentes, drogadictos, indeseables, parásitos… porque en ocasiones roban para subsistir, se drogan para olvidar, nos invaden para sobrevivir y se aventuran a todo para salir de la ciudad.

 Se niegan a internarse en el centro de menores porque a pesar de recibir una cama caliente y un plato de comida, se les aleja de su verdadero destino, de la oportunidad que les puede llegar en cualquier momento y que no pueden aprovechar si se van del puerto. Por ello, viven en lugares cercanos, en naves abandonadas o rincones espaciados. Otros se ocultan entre las escolleras del muelle de la Puntilla, donde se han construido su propio habitáculo para poder dormir. Cuando llega la madrugada que es cuando la vigilancia policial se suaviza, salen para intentar meterse en cualquiera de los barcos que parten hacia Algeciras. Durante el día mendigan su sustento en las puertas de los supermercados y al caer la tarde reciben, en ocasiones, la visita de algún particular u ONG, que les proporcionan un bocadillo y un zumo para rellenar el vacío del hambre, ante la presencia inquisidora de algún transeúnte que no comparte ese gesto solidario y que con su mirada muestra su rechazo al colectivo marginado y al que le presta su ayuda.

 Existen en Ceuta dos centros que acogen a los menores no acompañados que no desean vivir bajo la amenaza de la calle, uno es el Centro de la Esperanza para menores desde los diez años y otro, el Centro Mediterráneo para niños y niñas entre siete y diez años.

 DIGMUN trabaja con los menores del Centro de la Esperanza desde el año 2015 a través de las Aulas de Inmersión Lingüística con cuatro monitores que les proporcionan los contenidos necesarios para el aprendizaje de la Lengua Castellana Es la única entidad que ofrece a estos menores una cobertura educativa de forma continua y sistemática. La mayoría de estos chicos muestran un gran interés por aprender y tienen un espíritu luchador, con afán de superación y con comportamientos en mucho de los casos, ejemplares. Los hay indisciplinados y conflictivos, igual que en el resto de centros educativos de la ciudad, pero sus monitores manifiestan, casi siempre, una gran satisfacción por el entusiasmo que presentan y por su actitud respetuosa e interesada. Participan activamente en todas las actividades lúdicas y deportivas que se organizan, y algunos de ellos han destacado considerablemente tanto en el deporte como en la pintura o en la música, pero sin esperanza de perfeccionar estas capacidades dada la situación administrativa en la que se encuentran.

 



 Algunos de estos chicos se han ofrecido voluntarios para participar en otros talleres que Digmun realiza con menores de la ciudad, mostrando así su empatía y solidaridad con colectivos tan vulnerables como ellos. Fue el caso de Zacarías que dedicó gran parte de su tiempo libre en apoyar la lecto-escritura de los niños y niñas del Proyecto de Educo y en realizar actividades lúdicas y deportivas con ellos.

La labor que Digmun realiza con estos chicos es de gran importancia para ellos, puesto que no solo mejoran su competencia oral para facilitar su adaptación al país de acogida, sino también porque se les da la oportunidad de realizar actividades complementarias que mejoran su autoestima y la posibilidad de relacionarse en otro entorno.



 Desde la llegada al gobierno de la Ciudad del partido de ultraderecha Vox, nuestra labor está siendo fiscalizada, controlada y criticada, con el deseo de suspender cualquier subvención que sirva para mejorar las condiciones de vida de este y otros colectivos con los que Digmun trabaja. Dicha subvención, asignada por el partido que gobierna la ciudad (PP) en el año 2006, ha sido mejorada considerablemente a lo largo de los años a propuesta del mismo partido y nunca a petición de nuestra asociación. Eliminar la aportación económica que recibimos traerá como consecuencia empeorar aún más las condiciones de vida de estos menores, ya que se les privará del derecho a una educación básica, pero no por ello dejarán de existir en nuestra ciudad y de estar bajo la responsabilidad de su Gobierno.

 Solamente con el apoyo, la complicidad y la traición del PP, que nos otorgó en el 2009 la medalla de oro de la Ciudad Autónoma, ese partido (VOX) racista, machista y fascista, conseguirá su objetivo. Lo tienen muy fácil porque ni a uno ni a otro, les importa la suerte de los colectivos más vulnerables de la ciudad, que casualmente, son musulmanes.

 

 

 

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