La educación es la única arma para combatir las injusticias, las desigualdades y la discriminación

sábado, 13 de junio de 2020

CEUTA, MI CIUDAD DE ACOGIDA


  YO FUI UNA NIÑA DE ACOGIDA.
 POR OKSANA BEREZHNA

  Yo nací en Lugansk, una ciudad  ucraniana cerca de Rusia.

  En el año 2002, cuando apenas tenía 8 años, me separaron de mis padres y me llevaron a un orfanato. Allí había niños sin padres, otros que sus padres no lo podían atender y otros que a los padres le habían retirado la custodia. Para mí fue muy doloroso separarme de ellos y lloré mucho porque no sabía dónde me llevaban y me separaban de mi familia.

  Al tiempo de estar allí trajeron a mi hermana pequeña y me dio pena verla allí también, pero ella, aunque era pequeña, era muy lista y un día se escapó del orfanato y encontró mi casa, tuvo que ir la policía a buscarla y traerla de nuevo. Con el tiempo nos acostumbramos a esa vida y yo comprendí que había sido por mi bien, eso me dijo mi abuela cuando venía a vernos con mi padre.

  Pasaron tres años y un día me enteré que me iba a ir a España con algunos de mis compañeros del orfanato a pasar el verano. Yo no sabía dónde estaba España, ni cómo eran las personas que vivían allí. Tenía un poco de miedo pero como iban mis amigas, ya se me pasó el miedo.


  Yo nunca había viajado y tuvimos que coger el avión y el barco. Cuando llegué allí y vi a mi familia me puse muy contenta porque aunque no los conocía, me recibieron con mucho cariño. Yo era una niña de carácter muy difícil porque tenía mucho genio y a veces me peleaba con mi madre Maribel, pero ahora con la edad he comprendido que a mi madre le costó mucho trabajo educarme y enseñarme a ser una persona más preparada y educada.

  Cada vez que me iba al orfanato me ponía a llorar porque me quería quedar en Ceuta con mi familia, pero eso no era posible porque solo podía venir en navidad y en verano. Un día le dije a mi madre que si me rompía un brazo y una pierna me tendría que quedar con ella. Mi madre se enfadó mucho y me dijo que me iría a Ucrania con el brazo escayolado. 

  Estuve viniendo a Ceuta durante diez años todos los veranos y todas las navidades. Cuando cumplí los18 años ya no podía ir a España porque ya me fui del orfanato y me buscaron un piso para estudiar.

  Los años pasados en Ceuta con mi familia son los mejores años de mi vida. Siempre estaré agradecida por el amor y el cariño que me dieron. Los quiero con todo mi corazón y los echo mucho de menos, aunque no he dejado en ningún momento de tener contacto con ellos y hablo con mi madre todas las semanas. Recuerdo todos los momentos que hemos pasado juntos y los viajes que hice con mi madre Maribel que me enseñó muchas ciudades de España.

Ahora tengo 26 años y vivo en Ucrania con mi pareja y mis tres hijos. Todo el cariño que me dio mi familia lo reciben ahora mis hijos porque es muy importante que noten el amor de una familia y que se sientan arropados con cariño y seguridad. Ahora mis hijos tienen lo que yo no pude tener y que sólo lo pude conseguir cuando tuve una familia de acogida.

Te quiero mamá y espero que nos veamos pronto y puedas conocer a mis hijos.

OKSANA.