DIGMUN: QUINCE AÑOS DE LUCHA POR LA ESCOLARIZACIÓN DE MENORES SIN PADRÓN.
En el año 2006, recién fundada la asociación Digmun, llegó a nuestra sede un hombre español que vivía con una mujer de origen marroquí y un menor de seis años. Nos informó de las innumerables gestiones que había hecho para escolarizar, sin éxito, al niño. Pedimos información al Ministerio de Educación para conocer el motivo para no escolarizar a un menor que vivía en nuestra ciudad desde hacía varios años, ya que no teníamos conocimiento de que esta situación se diera en nuestra ciudad. La respuesta fue tan incomprensible como ilegal: “El menor no estaba empadronado, y el padrón era condición obligatoria para entrar en un centro educativo”. Este requisito solamente se exige en Ceuta, puesto que en el resto del territorio nacional se escolarizan a todos los menores solo por el hecho de estar en edad escolar obligatoria, sin necesidad de estar empadronados.
Una voluntaria de
nuestra asociación se ofreció a darle clases al menor mientras hacíamos las
gestiones necesarias para su escolarización. Esto fue el inicio de una larga lucha, que aún perdura y que dio origen a
la creación de los primeros talleres educativos, para poder darles una
cobertura a estos niños y niñas mientras resolvíamos su situación.
A partir de ese
año, fueron acercándose a nuestra sede otros menores en las mismas
circunstancias y aparecieron también
otros de Kafala (acogimiento de menores por familias españolas que se hacen
cargo del menor para su cuidado, educación y protección, ya que la adopción
está prohibida en el mundo islámico). Solicitamos a la Ciudad Autónoma y al
Ministerio de Educación los recursos necesarios para poder atenderlos, ya que
ninguna de las dos instituciones se hacían cargo de su educación. La colaboración fue
rechazada desde el inicio. Nunca nos
proporcionaron, ni aulas ni recursos humanos para darle a este colectivo la cobertura
educativa que se les negaba.
En el año 2007
comenzaron los primeros talleres educativos gracias a la colaboración de
voluntariado, o prácticos. La
que fue directora de la Escuela de Idiomas, Mª Carmen Carrera, fallecida
recientemente, nos ofreció un aula, y allí comenzaron las primeras clases. Se
elaboraron informes con datos y documentos que demostraban la permanencia de
varios años y el arraigo de estos niños y niñas en nuestra ciudad,
posteriormente se enviaban a la Dirección Provincial del MEFP y después de un
largo y penoso proceso que llevaba meses de gestiones, se escolarizaban los
menores, autorizados por el servicio de inspección si teníamos la suerte de que
fuera cercano y sensible al tema. Eso fue lo que ocurrió con el que era
inspector del momento, después Jefe de inspección y posteriormente Director
Provincia de Educación, Javier Martínez que escolarizó a más de treinta menores
en varios años.
Fueron algunos
años después, tras comprobar la dejadez, la falta de interés e implicación por
parte de las instituciones y nuestra falta de recursos para atender a este
colectivo, cuando decidimos denunciar la ilegalidad que se estaba cometiendo
con estos menores. En un principio nos entrevistamos con el Delegado del
Gobierno del momento, el socialista José Jenaro
García-Arreciado, que a pesar de liderar un partido progresista y defensor de
los Derechos Humanos, nos aconsejó olvidar el tema porque esos menores podrían
ser expulsados de la ciudad.
Fue en el año 2011 cuando pedimos apoyo educativo y asesoramiento jurídico a INTERVIDA, actualmente EDUCO, ONG de Cooperación Internacional por la Infancia, que nos subvencionó, apoyó y proporcionó los recursos necesarios no solo para atender a estos menores sino también para visibilizar y denunciar su situación a nivel nacional. Tuvo que ser una entidad internacional la que se preocupara de los menores que habían sido repudiados por las instituciones locales, proporcionándonos durante muchos años los medios necesarios para impartir unos talleres educativos que sustituían al verdadero centro escolar. Algunos partidos políticos locales y nacionales se interesaron también por el tema y se acercaron al lugar para comprobar cómo se impartían las clases de forma precaria por la falta de espacio y de apoyos educativos con alumnado de todas las edades y de muy distintos niveles. Nos visitó la actual ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, junto con otros miembros de Podemos y representantes del Partido socialista ceutí. Cuando partían, prometían mejorar la situación de estos niños y niñas pero con el paso del tiempo esas promesas caían siempre en el olvido. Se interesó también por el tema el eurodiputado Miguel Urbán exponiendo todos los argumentos sobre el derecho a la educación de estos menores en el Parlamento Europeo. por lo que por primera vez se visibilizó, fuera de nuestras fronteras, la injusticia que se cometía con estos menores.
La denuncia más efectiva y que más impacto causó se llevó a cabo a finales del 2015 y fue Juan Luis Aróstegui, Secretario General de CCOO, el que la interpuso en la Fiscalía de Menores. La sentencia fue favorable y se posicionó en defensa de los menores imponiendo al Ministerio de Educación la escolarización de los mismos. La policía local se encargó de visitar a las familias y comprobar al detalle que todos esos menores residían en Ceuta y no en Marruecos como algún que otro político del PP y de Vox se encargaban de difundir para generar el rechazo a este colectivo argumentando que ocasionaría “el efecto llamada”. A pesar de la negativa por parte de la Consejería de Educación, la sentencia se llevó a cabo y la inspección escolarizó a todos los menores que asistían a nuestros talleres en ese momento.
El
cierre de la frontera, con la llegada de la pandemia, pudo por fin demostrar,
que todos estos niños y niñas no vivían en Marruecos, sino que todos residían
en Ceuta con su familia. Este hecho coincidió con la llegada a Ceuta de la
nueva Directora de Educación Yolanda Rodríguez, en el 2021 y que tras conocer
la situación que venían sufriendo estos menores, no dudó en exponer
públicamente la injusticia que se estaba cometiendo con ellos al negarles el
Derecho Fundamental a la educación y en ningún momento, este tema generó ni
dudas, ni debates políticos, ni arduas gestiones que ralentizaban la
escolarización. Su firme creencia de que la educación es el único arma capaz de
sacar a las personas de una situación de vulnerabilidad y discriminación, es lo
que ha mantenido firme la postura de Yolanda Martínez tras conocer los años de
lucha que Digmun ha mantenido por conseguir que se haga justicia. Por primera
vez en quince años se escolarizaron todos los menores de nuestros talleres en
menos de un mes, y se repartieron en los distintos centros escolares donde
terminaron con éxito, en su mayoría, el curso escolar
Todos
esos menores que han sido escolarizados a lo largo de tantos años, se
adaptaron, sin problemas, al centro educativo que se les asignaba, gracias a
los grandes profesionales de la enseñanza que no cuestionaron en ningún
momento, procedencia, raza o religión, y también por el interés de las familias
que se implicaron desde el principio en el proceso educativo de sus hijos.
Muchos de ellos han terminado sus estudios con éxito y han conseguido
matricularse en la universidad, en ciclos formativos u optar por un trabajo
digno. La discriminación que sufrieron durante años al ver que sus amigos
cercanos iban a un centro reglado mientras ellos asistían a un taller
organizado por una ONG, se difuminó ante la alegría de compartir aula en un
colegio de verdad con otros compañeros.
Por fin se demostró que todo lo que tanto costó solo
era cuestión de voluntad política. Solo dependía de que llegara la persona
adecuada e implicada en la educación y que no temiera en ningún momento las
consecuencias políticas de su gestión, defendiendo que : “Todos los niños
y niñas tienen derecho a una educación,
independientemente del sexo, religión, nacionalidad y cualquier otra condición.
El Estado debe hacer todo lo posible
para garantizar el acceso de los niños
y niñas a la educación”
Si vieran de cerca y mirasen las caras de felicidad y esfuerzo con la que acuden lxs menores a las aulas, no habría cabida al rechazo de su escolarización. Incalculable la labor que se ha estado haciendo desde DIGMUN desde hace tanto tiempo atrás. Sin recursos, con barreras y en silencio. La suerte de haberlo vivido en primera persona.
ResponderEliminarGran labor que estáis desarrollando, luchando contra viento y marea y sobretodo contra el olvido de tantos políticos, conocedores de este problema y que por instrucciones de su partido, en algún caso, y en otros porque después de la foto, para qué preocuparse. Digmun es la esperanza de este colectivo, muchas gracias por vuestra labor.
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